Viernes, 3 de Mayo de 2024

Sergio Massa: A toda estrellita se le apaga la luz

El caudal de votos obtenidos por 1País amerita un repaso del camino electoral de Sergio Massa, sus alianzas, sus aciertos, sus errores y la comparación que menos le gusta: con Francisco De Narváez.

15-08-2017



De confirmarse en octubre los resultados de las PASO, para Sergio Massa será un revés considerable, y una debacle que aunque lo niegue, empieza a parecerse a la de Francisco De Narváez, que pasó de ser un encumbrado empresario devenido en político a un ilustre olvidado de la política. Massa siempre se ufanó, cuando alguien le advirtió que debía cuidarse de no padecer lo mismo, que su origen no era el sector privado, sino precisamente la política y como tal, se consideró más apto para interpelarla, aunque al parecer, los resultados no estarían siendo los que imaginaba.

Si bien su carrera como "solista" arranca en el año 2007, cuando accede a la Intendencia, había mostrado hasta no hace mucho tiempo, un camino ascendente de rampa que ahora pareciera ir bajando por ascensor.
En 2007, siendo candidato por el Frente para la Victoria y con el apoyo de "Para crecer de Tigre", logró el sillón principal de ese distrito con un 46,46% de votos, porcentaje que representaban los 72.099 votos obtenidos entre ambas fuerzas.
De allí en más, fue creciendo.
En 2011 renovó su cargo, también con boleta del Frente para la Victoria, y habiendo pasado antes por la jefatura de Gabinete de ministros. Ese año obtuvo la friolera de 130.810 votos, que significaron un 73,14%. Su virtud en esa oportunidad fue haber sabido interpretar también a los votantes que antes de su aparición eran fieles a Ricardo Ubieto, un ex intendente que pasó por el municipio en épocas de dictadura y también de democracia, creando un partido vecinal: Acción Comunal.

Pero 2011 no sólo significó la renovación del cargo para Sergio Massa. También fue el inicio de su globo de ensayo personal fuera del distrito.
Amagando hasta último momento con romper con el Frente para la Victoria y disputar una pelea provincial, comenzó reclutando legisladores que ya ocupaban bancas y habían ingresado por otros espacios. También empezó a recorrer diferentes distritos de la provincia y a tejer una red de dirigentes que luego serían parte de su estructura política bonaerense. Pero el real globo de ensayo fue el distrito vecino.
Mientras el FpV estaba convencido que Osvaldo Amieiro no tendría inconvenientes para retener el municipio de San Fernando, Massa ponía sus fichas, y su apoyo económico y humano a Luis Andreotti.
Bajo el nombre de "Fuerza Organizada Renovadora" Andreotti accedió a la Intendencia con el 44,28% de los votos. Y con él, nace realmente el proyecto expansivo de Sergio Tomás Massa, que pasaría a llamarse "Frente Renovador".
La siguiente elección, 2013, ya lo encuentra a él como protagonista en la provincia de Buenos Aires. Lerdos de reflejos en el FpV (creyeron hasta último momento que no se presentaría, y que se trataba de "amagar para arreglar") Massa encabezó la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires, con el FR, y consiguió así que su boleta la validaran 3.943.056 votantes, lo que significó un 43,95% de votos, superando ampliamente al FpV cuya lista encabezaba Martín Insaurralde quien sólo pudo obtener el 32,33%. Ese triunfo le trajo nuevos pases de legisladores e intendentes que empezaban a desfilar a la Meca del Delta sospechando que ese era el camino para evitar que se les arrebataran sus propios sillones en manos de una Fuerza política que se mostraba con capacidad de arrasar.
En paralelo, en su territorio, la boleta local del Frente Renovador obtenía el 61,82% de los votos (el FpV apenas un 18,6%) mientras que en San Fernando también se ratificaba la supremacía del espacio con el 53,96% de adhesiones, incrementándose incluso el número que había obtenido allí en la elección anterior.

El primer revés de Sergio Massa fue 2015. Jugando ya en las ligas mayores, decidió ir por la candidatura a presidente. "Gobernador ya soy, ahora voy por la presidencial" decía un tiempo antes en referencia a que imaginaba que si quería, la gobernación de la provincia la ganaba "caminando", pero no quería. Quería más. Quería subir los escalones de a dos, y por eso decidió ir por el premio mayor.
Su alianza, para pensar la expansión nacional fue con José Manuel De la Sota. Así nació la "Unidos por una nueva Alternativa" (UNA), la herramienta electoral en la cual el cordobés y el bonaerense disputaron primero la interna para dirimir candidatura presidencial, y tras el triunfo de Massa, con Gustavo Saenz como vice, se largó a la pelea por el sillón de Rivadavia.

La jugada no fue lo que imaginaba. La fórmula de UNA obtuvo el 21,39% a nivel país, cifra no mucho menor que la que cosechó en su propia provincia donde sólo el 22,43% de los bonaerenses depositó en la urna la boleta que lo proponía como presidente. Tampoco fue mejor la performance de Felipe Solá, quien junto a Daniel Arroyo disputaba la gobernación de la provincia. La merma de votos entre la elección anterior y esta ya superaba las 5 cifras: 1.799.229 votos menos que en 2013.
El tigrense apostó a la no polarización, a un discurso de "amplia avenida del medio", casi un puente a la "grieta" pero su propuesta no prosperó, y las consecuencias no fueron sólo hacia afuera, sino también las puertas giratorias por las que entraban dirigentes nuevos y salían los viejos, entre los cuales había varios legisladores e Intendentes. Parte de sus errores, quizá, también se anoten en esa columna. Una constante de Massa fue incorporar dirigentes con cargo ya asumido en lugar de crear su propia estructura desde cero, lo que a la larga le significó dolores de cabeza por falta de lealtades y reproches por parte de quienes se sintieron desplazados. Tuvo en muchos casos, un armado "conservador", diametralmente opuesto a la supuesta renovación pregonada y cobijó incluso muchos nombres que formaron parte de la "vieja política" y que dan por tierra con su frase de "no tenemos candidatos sospechados de corrupción". Uno de ellos, por ejemplo, fue Luis Acuña. No sólo sostuvo al ex Intendente de Hurlingham y perdió por eso el distrito, sino que sostuvo a toda la familia del ex Jefe comunal: esposa diputada nacional; hijo mayor concejal e hijos menores con cargos en la Legislatura bonaerense y en el Congreso nacional. Todos ellos investigados en una causa de evasión fiscal y lavado de dinero. También supo aceptar a Joaquín de la Torre; a Jesús Cariglino (no siempre en "on") y a Raúl Othacehé, sólo por mencionar algunos.

Lo que sigue, es historia más reciente. Apenas asumido Mauricio Macri, y reinterpretando el mandato de las urnas como un revés que sepultaría por siempre al kirchnerismo, el tigrense eligió mostrarse como una "oposición responsable", la frase que eligió como eufemismo de la alianza que en verdad entabló con el oficialismo al que le garantizó, en especial en la provincia de Buenos Aires, "gobernabilidad", aportando manos en la Legislatura y obteniendo a cambio, la presidencia de la Cámara baja bonaerense para Jorge Sarghini, y muchos otros cargos en las segundas líneas de los gobiernos nacional, provincial y de la Ciudad de Buenos Aires incluso. Al igual que antes, Massa jugó el rol de aliado en los años pares y el de opositor en los impares, que es donde se celebran elecciones.

Del mismo modo que en 2015, en esta elección buscó sumar aliados, bajo el convencimiento que 2 más dos son cuatro, pero sin analizar que sumar 2, en política puede significar restar otros dos, o cuanto menos, uno.
Margarita Stolbizer se convirtió en la virtual "compañera de fórmula" de Massa. Ambos encabezan la boleta que los propone como candidatos a Senadores nacionales por la provincia de Buenos Aires por la alianza 1País, el nombre elegido para la comunión del Frente Renovador y el GEN de Stolbizer, dirigente de origen radical, legisladora desde la época de la Alianza, con paso por la Coalición Cívica de Elisa Carrió, y permanentemente identificada con posicionamientos ideológicos contrarios al peronismo. Sumar a Stolbizer, creen algunos analistas, le restó votos de origen peronista.

2017 es además, el año en que al menos por el momento, por muy poco es profeta en su tierra pero ya dejó de serlo en la de su vecino.
Su boleta, en la categoría a Senador, obtuvo en Tigre el 29,81% de los votos, con los talones pisados por Cambiemos, con el 29,47% y seguido de cerca por Unidad Ciudadana, que creció respecto de las últimas elecciones y sumó el 27,46%.
En San Fernando, en cambio, no eligieron mayoritariamente a Massa. El 30,54% de votantes optó por Esteban Bullrich; el 28,12 por Cristina Kirchner y recién el 28% lo hizo por el tigrense. Algo que no obstante no fue en detrimento de la oferta local de Andreotti, cuya boleta sí fue la más votada en la categoría concejales con el 34,17% de los votos, lo que habla a las claras de un corte de boleta en perjuicio de Massa.

En este punto, la comparación con De Narváez, le guste o no, comienza a aparecer.
El empresario saltó a los primeros lugares en 2007, cuando fue candidato a gobernador por Unión PRO, y su vice era Jorge Macri. Obtuvieron allí el 14,96% de votos. El batacazo, al igual que Massa, le llegó en la elección legislativa.
En 2009 encabezó la lista que tenía bajo suyo a Felipe Solá, Gladys González, Claudia Rucci y Gustavo Ferrari, entre otros (Solá hoy con Massa; Rucci con De la Sota; Ferrari y González con Cambiemos). Esa nómina sacó el 34,58% y pasó a la historia por ubicarse por encima de la del FpV que quedó a 2 puntos, con el 32,11%.
Pero la estrella de De Narváez también se apagaría producto de la falta de identidad política y las alianzas construidas en el camino.
Sólo dos años después ya no era Unión Pro y la relación con el macrismo era deplorable. Llegó entonces UDESO, la alianza que construyó con Ricardo Alfonsín, quien se presentó como candidato a Presidente, mientras que el "colorado" intentaba nuevamente convertirse en gobernador, pero esta vez, acompañado por Mónica López, la esposa de Alberto Roberti, un matrimonio con origen en el peronismo de Avellaneda, con caja en la Federación de sindicatos del petróleo y con zigzagueante paso más tarde por las filas del Frente Renovador de Massa y ahora el CUMPLIR de Florencio Randazzo. Ese intento no prosperó. Del 34 por ciento bajó estrepitosamente al 15,85. Apenas un punto por encima de lo obtenido en 2007, y perdió nuevamente contra el mismo candidato: Daniel Scioli.

La despedida de la carrera electoral de De Narváez llegaría en 2013. Allí encabezó la nómina de Diputados nacionales de "Unidos por la Libertad y el Trabajo", una alianza política con Hugo Moyano, pero sólo el 5,43% de los bonaerenses eligió su boleta.

Cuál será el futuro político del candidato a Senador de 1País por ahora es incierto. Lo único cierto es que su luz, hasta el momento, va apagándose. Las alianzas que conforma no parecieran ser las mejores y su discurso tampoco encuentra el eje adecuado para atraer más votantes. Muchas veces, estar en el medio no es sinónimo de equilibro. A veces, quizá como en este caso, sólo signifique quedar a mitad de camino.


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